Anuncian privatización de Yacimientos Carboníferos
El presidente Javier Milei firmó el decreto para el complejo minero de Santa Cruz. El plan es sanearlo para privatizarlo, pero hay tensiones con la provincia.
El norte santacruceño vive un momento de transformación en su industria petrolera. Tras el anuncio de YPF de reducir sus operaciones en la región, más de 2.500 trabajadores firmaron su retiro voluntario, y la empresa estatal Fomicruz se prepara para tomar el control de las 10 áreas que dejará la operadora. Sin embargo, el proceso no ha estado exento de tensiones: el fracaso de las negociaciones con CGC y la incertidumbre sobre el futuro de los yacimientos han dejado más preguntas que respuestas.
En este contexto, varias empresas privadas están en carrera para operar estos bloques, pero el rol de Fomicruz como intermediario y la falta de acuerdos sobre los pasivos ambientales podrían cambiar las reglas del juego.
El retiro de YPF y el rol de Fomicruz
Hasta el viernes pasado, se habían firmado entre 2.250 y 2.300 retiros voluntarios, y se espera que esta cifra alcance los 2.500 antes de fin de febrero. Estos despidos forman parte de un plan para reducir los costos operativos de YPF en más del 50%, marcando el inicio de una nueva fase en la industria petrolera de Santa Cruz.
A diferencia de lo ocurrido en otras provincias bajo el Plan Andes, Santa Cruz quedó fuera de ese esquema. En su lugar, se optó por un modelo de cesión entre privados, con Fomicruz como intermediario. La empresa estatal recibirá las 10 áreas de YPF mediante una ley de emergencia que ya está en la Legislatura, con el objetivo de redistribuirlas a otras operadoras en un plazo breve.
Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos. Uno de los principales puntos de conflicto ha sido la indemnidad ambiental, que YPF exigía a los nuevos operadores para cubrir posibles reclamos futuros. Tanto CGC como el gobierno de Claudio Vidal se negaron a firmar este acuerdo, lo que llevó al fracaso de las negociaciones iniciales.
Las empresas en carrera
Con CGC fuera de la ecuación, varias empresas han mostrado interés en operar las áreas que dejará YPF. Aunque el escenario es dinámico, estas son algunas de las firmas que podrían quedarse con los bloques:
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Clear y Neuss:
Este tándem empresarial aspira a operar las áreas de Cañadón La Escondida y Las Heras-Los Perales. Los hermanos Neuss, vinculados al asesor político Santiago Caputo, ya han recorrido los campos petroleros en los que están interesados. -
Ingeniería ALPA:
Esta empresa podría quedarse con los bloques de El Destino, Koluel Kaike, Pico Truncado y El Cordón. -
Crown Point:
De origen canadiense, Crown Point ya opera en Koluel Kaike y ahora busca expandirse a El Guadal 1, Loma del Cuy y Cerro Bayo. La firma está liderada por el empresario argentino Pablo Peralta, quien recientemente adquirió la fábrica de Mercedes Benz en el país. -
Roch:
Esta compañía aspira a operar las áreas de El Guadal 2, Cañadón Yatel y Cerro Guadal.
El dilema de los pasivos ambientales y sociales
Uno de los mayores desafíos en este proceso es la cuestión de los pasivos ambientales. A diferencia de lo ocurrido en otras provincias, YPF no logrará transferir la responsabilidad de estos pasivos a los nuevos operadores. En su lugar, la empresa pagará un "bono" a la provincia para compensar las inversiones no realizadas, aunque el monto exacto aún no se ha definido.
Además, está el tema del pasivo social. La pérdida de más de 2.500 puestos de trabajo tendrá un impacto significativo en la economía local, y es poco probable que estas vacantes sean reabsorbidas por las nuevas operadoras. Esto plantea un dilema para el gobierno de Claudio Vidal: ¿entregará las áreas de forma gratuita, como se había planteado inicialmente, o les fijará un valor acorde a su magnitud e importancia?
El futuro de Santa Cruz
La redistribución de las áreas petroleras marcará el futuro económico y social de Santa Cruz. Si bien la llegada de nuevas operadoras podría reactivar la producción en yacimientos maduros, también existe el riesgo de que la falta de inversión y la incertidumbre sobre los pasivos ambientales frenen el crecimiento del sector.
Por ahora, todo depende de las decisiones que tome Fomicruz en los próximos meses. ¿Mantendrá el esquema de reparto sin cargo, o buscará obtener ingresos para la provincia? La respuesta a esta pregunta definirá no solo el futuro de la industria petrolera, sino también el de miles de santacruceños que dependen de ella.
Fuente: EL PATAGONICO
